Hace un mes que finalizó la II edición de la Vertical Trail La Sarga y ya está preparada la III edición. En este caso en Mayo de 2016 con un ambiente más primaveral, donde el contraste de colores y el buen tiempo hará que esta prueba sea aún mucho más atractiva.
Antes de comenzar con la crónica de la pasada edición, quería felicitar y agradecer al equipo técnico y organización de la prueba, ya que como siempre, han cumplido con las expectativas con el gran nivel de profesionalidad, que en los últimos años estamos acostumbrados a ver.
La edición de 2015 que se realizó a
finales de Noviembre comenzó con la modalidad Trekking a las 9:00 de la mañana
y con unas temperaturas muy bajas. A estos deportistas les esperaban cerca de 3
horas de subida totalmente vertical y gracias a la gran visibilidad de esa
mañana pudieron contemplar el paisaje tan bonito de ese amanecer. Gracias a
ellos, los deportistas de la modalidad competitiva, pudimos tener esos ánimos
de aliento en el duro final hasta meta, tanto los que iban subiendo, como los
que ya iban bajando.
La
modalidad competitiva comenzó a las 10:00 de la mañana y con una temperatura
muy similar a la modalidad trekking, aunque empezaban a salir los primeros
rallos de sol. Aquí los corredores salimos de 1 en 1 cada 30 segundos. En esta
modalidad se dieron cita muchas caras conocidas que durante la temporada habíamos
compartido muchos momentos de competición, pódium y muchos momentos deportivos,
pero hoy tocaba dejar atrás todo aquello y centrarse en la carrera.
Desde mi punto de vista como corredor fue
una carrera dura desde antes de empezar a correr, y a pesar de que ya la había
realizado y entrenado muchas veces antes, las temperaturas no ayudaron a entrar
en calor y había que tomar una decisión sobre que equipación llevar encima,
puesto que hay que jugar con el peso, la transpiración y temperatura interna
del cuerpo, para encontrar un equilibrio entre comodidad y ligereza.
La salida la tomé a las 10:42. La
motivación y el clima competitivo fue altísimo ya que delante de mí habían
salido muchos compañeros de club y amigos y tras de mí, los pesos pesados de esta
prueba, cuyo palmarés durante años era de un nivel altísimo. Todo estaba a mi
favor, el terreno, la gente y un año entero lleno de experiencias.
Salida 10:42 |
Lo primero que hago cuando dicen mi
nombre por megafonía, tras 30 minutos de calentamiento, es plantarme en la
línea de meta y mirar fijamente mis pies, la gente que estaba animando en la
salida y el pico La Sarga, que se dibujaba perfectamente entre las montañas. Oigo
de fondo 5, 4, 3, 2, 1….. “el corredor local, Jaime García Navarro toma la salida”,
momento muy bonito y emocionante a la vez, donde desde el primer momento y durante
los primeros 200 metros de una empinada cuesta, salgo como si de un sprint
final se tratara. Aún me aguardan 500 metros hasta salir de la población y los
más valientes, ante el frío que hacía, seguían dándome ese ánimo que tanto
necesitaba. Una vez empezada la senda de tierra y ya en el primer km de carrera
empiezo a adelantar 1 a 1 a mis compañeros de fatigas que han salido minutos
antes. La noche anterior a la carrera siempre analizo el recorrido, donde
aumentar ritmo, donde conservar, donde tomar gel, donde analizar mis
sensaciones, etc… Era nuevo en carreras verticales, por lo que la emoción era
aun mayor, pero me plantee como objetivo no parar de correr en ningún instante,
por mucho que mis piernas o mi cuerpo me lo pidiera, a mayor intensidad o
menos, a mayor amplitud de zancada o menos, pero en ningún momento podía andar.
Esta sería la única manera de poder estar en lo más alto de la clasificación, y
en caso de no poder estarlo, la única manera la cual yo no podría reprocharme a
mi mismo que no he dado todo lo que podía. El sol empezaba a dejarse ver en
algunos tramos y eso ayudaba mucho, puesto que opte con ir con la mínima ropa
posible.
El recorrido estaba muy animado, bien por corredores que ya van
bajando su ritmo de carrera y los voy rebasando, por senderistas que habían elegido ese día y ese lugar para vivir una mañana en la naturaleza, o bien por
gente de la organización lugareña. Una vez llegado al avituallamiento en el km
4,5, me encuentro con viejos amigos del pueblo y me ofrecen bebida y
asistencia, pero yo no había ido a pasar la mañana y levantándoles la mano,
como gesto de gratitud, sigo hacia delante y como bien puedo les doy las
gracias. Ahora llega el momento de la verdad, el momento de realizar un
kilómetro a ritmo rápido, pues empezamos el camino forestal que te permite
correr a unos ritmos altos y en llano hasta empezar los 2 últimos km con piedra
suelta y con mayor desnivel. Aquí es donde me encontré a la mayor parte de los
deportistas, tanto de la modalidad competitiva, como la de Trekking, donde tan
solo los más atrevidos y en forma, seguían manteniendo un ritmo de carrera sin
pararse.
Kilómetro 2 |
Eché la mirada hacia atrás y por primera
vez en toda la carrera ví un compañero que llevaba buen ritmo y que me podía
adelantar. Aquí es donde realmente empezó la competición y era el momento de
hacer lo que uno sabía. Por fin ya se ve la cresta, pero aún quedaba 1 kilómetro y medio. Las fuerzas ya
flaquean, el frío y el viento aumenta, la gente está en medio del recorrido y
hay que empezar a sortearla, unos suben, otros bajan, se oye la respiración de
cada uno de ellos y mis perseguidores más cercanos cada vez los veo más cerca y
con más claridad. En lo más alto ya empiezan a oírse gritos de ánimo tanto de
mis compañeros de equipo que habían salido antes que yo, como de toda la gente
de la pedanía de Villaverde que no quería perderse el momento de la meta. Apenas
quedaban 400 metros y un corredor de rojo, Carlos Pascual Sempere se pone a mi
altura y mi objetivo ahora es mantener su ritmo y entrar a meta con él. Sé que
ya no voy a ganar, pero si al menos me mantengo a su ritmo, sé que puedo hacer
buena marca, ya que según las expectativas, él tenía todas las papeletas de
ganar la prueba. El elevado ritmo llevado en los últimos 15 minutos, la altitud
alcanzada, y la presión de la última parte del recorrido estaban haciendo que
los gemelos ya no los sintiera, los cuádriceps parecían salirse de las mallas, la
vista empezaba a ponerse borrosa, los pies los tenía como cuando se te duermen,
las piernas empiezan a sentir un hormigueo, me dolía el pecho del frío que
hacía y las pulsaciones estaban tan elevadas que podía notar perfectamente como
cada latido recorría cada parte de mi
cuerpo. Apenas podía oír los ánimos de la gente, e incluso ya no tenía fuerzas,
pero sabía que era el día y esto había que acabarlo. Por lo que centré todas
mis fuerzas y entré junto a Carlos a la línea de meta. Ahora sí que sí, todo
está hecho y tras varias bocanadas de aire, doy varios gritos de alegría.
Con mi "Chache" Pablo Tebar. |
Era el momento de disfrutar, de echarse
fotos con toda esa gente, con compañeros de trabajo y ante todo amigos como
Pablo Tébar, con compañeros del Club Trail Albacete, con amigos lugareños que
años antes habíamos compartido triunfos en los campos de fútbol, con familiares
que aunque no dijeran nada, lo decía todo con esa cara de alegría, y con los
rivales que durante todo el año había estado ahí conmigo.
La Gran alegría fue cuando bajé a
Villaverde y mi gente más cercana me comunicó que había terminado 5º de la
general y 2º de Castilla la Mancha en Kilómetro Vertical.
Podium Campeonato Km Vertical Castilla La Mancha. |
1º Vicente Redondo. Club Dolomia Cuenca.
2º Jaime Navarro. Club Trail Albacete.
3º José Carlos Gabaldón . Club Trail Albacete.
“LA
CONSTANCIA Y EL ESFUERZO, SON LA CLAVE DEL ÉXITO”
Jaime Navarro